¡Rayos y centellas! Seguramente has escuchado esta expresión, pero ¿te has parado a pensar en qué es una centella?, pues, los rayos globulares, también conocidos como centellas, son uno de los fenómenos más misteriosos de la meteorología.
Estas esferas luminosas aparecen durante tormentas eléctricas y su comportamiento resulta impredecible, pueden desvanecerse lentamente o explotar con gran fuerza. Según detalla National Geographic, alcanzan a tener un tamaño que varía desde un guisante hasta varios metros de diámetro y aunque existen desde hace siglos, los científicos aún no logran descifrar completamente su origen.
Diversas teorías han intentado explicar su formación. Una de las más aceptadas sugiere que estas esferas son restos de un rayo normal que, al acumularse una carga eléctrica en la atmósfera, genera una bola de plasma. El propio Nikola Tesla propuso que se formaban por gas enrarecido, un tipo de gas a muy baja presión.
Aunque algunos científicos han cuestionado su existencia, según Errasti y A. Ezkurra, I. (s/f), son varios los informes que describen a las centellas como una esfera luminiscente en el cielo, de naturaleza eléctrica, que puede variar entre el color y luminosidad y que se desvanece suavemente o mediante una explosión. Hacia una posible hipótesis de formación de un rayo en bola.
Estos fenómenos son más comunes en lugares húmedos y cercanos a grandes masas de agua, como las costas o las áreas de pantanos y humedales. Se han observado en muchas formas diferentes; algunos pequeños y apenas visibles, mientras que otros pueden ser enormes y brillantes. A menudo han sido descritos como bolas de fuego o de luz que parecen flotar en el aire, (Wingen, D. 2023).
Una de las peculiaridades del rayo en bola es su capacidad para moverse horizontalmente a baja velocidad, algo que contrasta con los rayos normales. Además, puede atravesar ventanas sin dañarlas o desaparecer sin dejar rastro, lo que ha generado teorías sobre su naturaleza electromagnética, según Errazti, AE e. (s/f). Sin embargo, aún no se ha alcanzado un consenso científico sobre cómo se forma o por qué tiene esa estabilidad inusual.
Pese a los avances tecnológicos, los rayos globulares siguen siendo extremadamente raros, con apenas algunas grabaciones y muchos relatos anecdóticos. Además, su apariencia y comportamiento impredecible los han hecho candidatos ideales para alimentar mitos y leyendas sobrenaturales.
Es posible que algún día se descubra una explicación detallada de este fenómeno fascinante al que pilotos de la Segunda Guerra Mundial se refirieron como Foo Fighters, sin embargo, por el momento, los rayos globulares continúan siendo uno de los misterios más intrigantes de la meteorología.